lunes, 29 de octubre de 2012

Ética y Desempeño del Docente




Todos tenemos una noción aproximada acerca de la ética, del mismo modo que hasta la persona menos ilustrada es capaz de percibir la diferencia entre lo bueno y lo malo.
Ética: Es la parte de la filosofía que estudia el comportamiento humano en su relación con el bien y el mal y que regula las relaciones humanas. El humano produce sus actos por impulsos provenientes de su naturaleza, de su espíritu y de su intelecto. Los impulsos naturales surgen de sus instintos, como sucede con cualquier animal de nuestro entorno. Estos impulsos responden a la satisfacción de necesidades instintivas y no se sujetan por sí mismos a ninguna norma moral, sólo a las de la naturaleza. Así, en el humano el control de sus instintos proviene del espíritu y de la razón de su intelecto, facultades propias que le permiten la percepción del entorno natural donde habita y le facilitan la vinculación intelectual con ese entorno. De esta manera, el don del raciocinio permite al hombre sujetar sus impulsos instintivos mediante la observancia de ciertas normas de carácter social, cultural, moral y legal.
La observancia de esas normas implica la regulación de su conducta mediante un respeto a lo considerado por él como conveniente, es decir, aquello que su conciencia le dicta como un “debe ser”... La voluntad de adherirse a un código ético de conducta se determina por el bien cultural y social que resguarda una norma ética. Así, la justa opinión o valoración acerca de este bien es indispensable para forjar una voluntad personal que acepte la norma ética y se comprometa a cumplirla. Esta es la esencia misma de lo que debe ser la actividad docente de los profesionales de la educación al servicio de la comunidad y del Estado.
Por otra parte, el comportamiento ético -lo que llamamos rectitud- no es ingrediente ajeno al ejercicio profesional.

¿Por Qué Es Necesaria La Ética Profesional?

Es verdad que la formación ética llega a veces por otros cauces; y que la mejor enseñanza moral proviene del ejemplo del maestro y no del mero discurso. Pero cada profesión afronta problemas conductuales específicos que difícilmente se podrán resolver correctamente si no se les ha previsto y analizado en la etapa formativa, Por eso mismo existen los Códigos de Ética de cada profesión, sin perjuicios de los principios y normas de la Ética General.

¿A Quién Afecta La Inmoralidad?

A primera vista pareciera que las actuaciones antiéticas afectan sólo a las víctimas que las sufren. Desde luego, éstas son las primeras perjudicadas. Pero no son las únicas. Ellas disminuyen la honra y la autoestima de quienes las cometen; dañan notoriamente el prestigio de la respectiva profesión, cuya defensa constituye el primer objetivo de los Colegios Profesionales; pero -sobre todo- hiere a la comunidad de dos maneras: Erosionan la confianza pública que es el cimiento necesario para el ejercicio de toda profesión y frustran la esperanza de un correcto servicio al que la sociedad tiene derecho por haber contribuido a formar esos profesionales a costa del sacrificio colectivo.
No debemos olvidar que toda profesión no es sólo un modo de ganarse la vida y realizarse personalmente. Esta es sólo su dimensión individual. También las profesiones tienen un fin social y éste consiste en servir adecuadamente cada una de las necesidades que la sociedad debe satisfacer para posibilitar el bien común.
Como profesionales tenemos derechos; eso no lo hay que juzgar, pero también existen deberes que tenemos que cumplir. Se les llaman Deberes Profesionales, que son exigencias, imposiciones indeclinables, recaídas sobre la responsabilidad del individuo, que mientras mejor los cumple, más derecho tiene a la feliz convivencia social.

Bajo Rendimiento De La Educación en Honduras


El sistema educativo atraviesa una situación crítica que podría repercutir en la situación del país en los próximos años. Aunque ha habido avances respecto al pasado, no se ha podido seguirle el ritmo al crecimiento de la población y las demandas de la economía.
De acuerdo con Marlon Brevé, ex ministro de Educación y actual vicerrector académico de Unitec, “los jóvenes hoy por hoy casi no son analfabetas, pero sí vemos que el promedio de años de escolaridad del hondureño es de 7 años, según el INE.
Si nos comparamos con Costa Rica, que tiene en promedio 10 años de educación, nos damos cuenta que vamos tres años rezagados. Esa diferencia es una de las razones para que haya más índice de desarrollo humano en Costa Rica. En Costa Rica hay más educación y menos pobreza. En Honduras hay más pobreza y menos educación”.




Problemas en secundaria
De acuerdo con Brevé, “los problemas serios de cobertura en la educación de Honduras comienzan después de sexto grado. La mitad de los alumnos continúan estudiando y la otra mitad no. Son jóvenes en riesgo. Solo 3 de cada 10 hondureños tienen acceso a secundaria”.
Esta perspectiva es compartida por Edwin Moya, director de Educación, organización que ofrece una tarea de apoyo a docentes, estudiantes y padres de familia a través de material didáctico que permite llevar un control del avance educativo del estudiante, “el verdadero problema empieza a partir del séptimo grado, cuando el rendimiento de los estudiantes baja y el abandono escolar se eleva”.
Actualmente los jóvenes egresados de la educación básica y secundaria tienen dificultades más adelante para acceder a un grado de educación superior, como demuestran los resultados de las pruebas de admisión a la UNAH en 2011, en el que 1 de cada 3 estudiantes no obtuvo el porcentaje mínimo necesario para acceder a la universidad.     

Rendimiento
Actualmente, el sistema educativo de Honduras sostiene el segundo peor rendimiento en América Latina, a pesar de ser el segundo país que más invierte en porcentaje de su Producto Interno Bruto (9%) desde años recientes.
Cabe recordar que la economía nacional no es muy fuerte y la cantidad que se genera en impuestos no es comparable a la de otras naciones.
Además, existe una considerable evasión de impuestos entre la ciudadanía. De acuerdo al último Informe de Progreso Educativo que publica el Programa de Promoción de la Reforma Educativa en América Latina y el Caribe (PREAL) en conjunto con la organización local Ferema, “Honduras invierte solo 199 dólares por estudiante, similar a lo que invierte Bolivia y El Salvador, y más de lo que invierten Nicaragua y Guatemala, pero debajo del promedio regional (658 dólares), y muy lejos de lo que invierten Costa Rica y Panamá.
Para este programa que promueve el progreso de la educación en Honduras, “el desempeño general del sistema es insatisfactorio y Honduras se está quedando atrás en relación a otros países de la región”.